Primeramente consideramos que es importante la Atención Temprana por existir una mayor plasticidad del Sistema Nervioso Central durante los primeros años de vida, lo que posibilita su modificación en caso de dificultades en los circuitos neuronales, así como el desarrollo de nuevas conexiones sinápticas y extensiones dendríticas.

Cuanto antes comencemos a crear un entorno adaptado a las capacidades y limitaciones del niño, antes se establecerá una conexión positiva entre el desarrollo de los más pequeños y el entorno familiar y social dotando así de una gran importancia al entorno que le rodea.

Por su característica indudable de prevenir (y no solo de intervenir). No sólo realiza una prevención en niños con riesgo de padecer algún tipo de dificultad, sino en aquellos que ya tienen deficiencias establecidas, permite la prevención de un mayor deterioro, evitando que presenten alteraciones mayores en su desarrollo.

No podemos olvidar a la familia: pilar que sustenta al niño. La posibilidad de apoyar a la familia desde el comienzo de una situación difícil, siempre trabajando desde la escucha y el respeto y ofreciendo el apoyo profesional necesario, informando y aceptando en todo sus decisiones. Cuando cuidamos a la familia encontramos grandes avances en el niño.

Por su carácter preventivo, la Atención Temprana nos puede hacer reducir costes que en un futuro tendrán que invertirse en programas terapéuticos que quieran modificar las alteraciones que se han desarrollado.