Noemí Martínez dice: “En las sesiones de arteterapia se procura llegar hasta el fondo de lo que ocurre, que las personas lleguen a conocerse y comprenderse. El arteterapeuta nunca deben interpretar las obras de las personas, sino que deben ayudarle a que lo hagan ellas mismas.”
La educación cumple objetivos como acompañar al sujeto a adquirir conocimiento, a ser críticos, a saber cuáles son sus limitaciones y capacidades, saber desempeñar una responsabilidad en la sociedad… Estas características se asemejan al proceso creativo que un niño o niña puede tener en la elaboración de una obra gráfica.
El desarrollo de la creatividad desde muy pequeños, favorece la generación de recursos para responder de forma imaginativa a los conflictos, la confianza en sí mismos, y la motivación. Este desarrollo creativo puede ir acompañado por una figura adulta (arteterapeuta) que proporciona al niño o niña un apoyo comprensivo a lo que está manifiestando. El arteterapeuta estará atento al lenguaje no verbal, a la relación que se va teniendo con los materiales, con las personas, con el tiempo, a la comunicación lúdica… Todo esto son elementos de reflexión que llevan al adulto (arteterapeuta) a ver una forma de aprendizaje que implica pensar sobre las ideas y pensamientos del otro.
En el taller de arteterapia, se le da más importancia al proceso creativo que a la obra final. A resolver los conflictos que va encontrando, viendo las múltiples posibilidades para resolverlos. Lo importante no es lo estético, sino el desarrollo creativo que el niño o niña va encontrando en las diferentes situaciones que van surgiendo.
Es importante que el espacio del arteterapia sea amplio, para que el niño o niña pueda moverse y ser libre con los materiales que se le va ofreciendo. Se le van a marcar unas reglas de juego, de respeto a los compañeros y al material, dejando claro lo que se permite y lo que no.
Las actividades pueden ser libres o dirigidas en función de la edad del menor, del vínculo que haya establecido con el arteterapeuta, etc. Por ejemplo, los primeros días de los niños o niñas más pequeños, conviene que tengan actividades libres donde comiencen a conocer, descubrir los materiales… hasta que comprendan la dinámica y puedan concentrarse. Con respecto a las actividades dirigidas, deben tener un objetivo claro, por ejemplo, tomas de decisiones, cohesión de grupo, autoestima…. Estas actividades dirigidas, siguen encaminadas al descubrimiento y a la fantasía que el niño o niño quiera dar.
En conclusión se podría decir que los talleres de arteterapia en el ámbito educativo son de gran utilidad porque la creación artística permite al niño o niña definirse y afrontar situaciones diversas, comprendiéndolas mediante el juego artístico. Utilizar además el arte como medio de comunicación puede resultar una vía especialmente adecuada para los niños, ya que implica el uso de materiales que se pueden sentir, tocar, oler y utilizar para crear algo nuevo. Supone un accionar vinculado a lo lúdico: moverse por el trozo de papel, mezclar y jugar entre colores, agua y personas.
El arteterapia ofrece la oportunidad de crear, de comunicar y de expresarse desde un lugar distinto de lo racional: lo sensorial. Y lo más importante de todo, el arteterapia defiende que la expresión gráfica no sólo debe quedarse en lo estético.