Es muy importante la detección de los primeros signos de estas patologías que pueden aparecer entre los 17- 18 meses de vida, a partir de esa edad es posible efectuar un diagnóstico de T.E.A.
Sabemos que un diagnóstico y una atención temprana proporciona un pronóstico mucho más favorable aumentando considerablemente el nivel de competencias, proporcionando pautas de comunicación, de conducta social y desarrollo cognitivo adecuado, evitando el progresivo deterioro y permitiendo una eficaz integración educativa y social.
En nuestro centro funciona un servicio psicológico de detección y diagnóstico precoz para cualquier padre que sospeche que su hijo pueda padecer este trastorno y para cualquier centro que necesite asesoramiento durante el curso de una evaluación de un niño.
La detección precoz de estos síndromes ocupa un papel fundamental en la atención temprana, pues nos va a permitir actuar de forma inmediata minimizando significativamente el deterioro posterior que suele aparecer en estos niños, posibilitándoles el acceso a los aprendizajes adecuados en todas las áreas del desarrollo y previniendo a su vez patologías añadidas.